El acercamiento de Rubio a los líderes de CARICOM sienta las bases — pero aún queda trabajo por hacer
Por Sir Ronald Sanders
Por cualquier medida diplomática, el reciente acercamiento entre el Secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, y los Estados independientes de la Comunidad del Caribe (CARICOM) es histórico. En apenas cuatro meses desde su toma de posesión, el Secretario Rubio ha sostenido conversaciones sustantivas y presenciales con 13 de los 14 Jefes de Gobierno de CARICOM. El Primer Ministro de Belice, John Briceño —cuyo país conecta el Caribe con Centroamérica— también recibió una llamada centrada principalmente en asuntos regionales centroamericanos.
Nunca antes un Secretario de Estado estadounidense había conferenciado de manera tan extensa y rápida con los líderes de CARICOM. Esto importa.
Es una señal de que, incluso en medio de una tormenta de crisis globales, el Caribe no está siendo ignorado. De hecho, el peso de las responsabilidades globales de Rubio se hizo evidente durante la reunión con el Primer Ministro de Las Bahamas y seis líderes del Caribe Oriental, cuando un asistente interrumpió para informar sobre el lanzamiento de misiles por parte de India contra Pakistán. El ataque fue en represalia por una masacre en Cachemira controlada por India, una zona fronteriza entre ambos países. El mundo estaba al borde, y aun así Rubio permaneció en la reunión caribeña tanto como pudo — escuchando y participando activamente.
Añadiendo más peso a sus responsabilidades, Rubio ha sido también designado como Asesor de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump —un doble cargo que no se veía desde la era del legendario Dr. Henry Kissinger. Las expectativas, por tanto, son enormes. No obstante, su acercamiento directo y personal al Caribe refleja una intención clara de comprender la región.
Cuando el Secretario Rubio se reunió por primera vez con seis líderes de CARICOM los días 26 y 27 de marzo, la amenaza de aranceles comerciales estadounidenses aún no se había materializado. Pero para la reunión del 6 de mayo, el presidente Trump ya había firmado una Orden Ejecutiva imponiendo un arancel general del 10% sobre todas las importaciones a los EE. UU., incluidos los productos provenientes de los Estados miembros de CARICOM, y aranceles aún más altos para otras naciones, especialmente China. Esta segunda ronda de reuniones ofreció a los líderes caribeños la oportunidad de abordar directamente esta cuestión.
Las conversaciones fueron respetuosas, francas y orientadas al futuro. Sin teatralidad ni acusaciones—solo un diálogo claro sobre preocupaciones urgentes: desequilibrios comerciales, personal médico cubano, tráfico de drogas, armas, inmigración y el papel de China en la región.
En cuanto a los médicos cubanos, los líderes del Caribe rechazaron de manera firme pero respetuosa cualquier insinuación de trata de personas. Explicaron que los equipos médicos cubanos son indispensables para sus sistemas de salud pública. Estos profesionales son remunerados directamente, y los gobiernos pagan a La Habana una tasa de facilitación —similar a los acuerdos que otros países tienen con naciones que exportan servicios médicos. Aun así, los líderes dejaron claro: están dispuestos a revisar sus procesos para garantizar su alineación con las normas internacionales del trabajo.
Sobre la inmigración, los países del Caribe reiteraron una postura de larga data: aceptan el retorno de sus ciudadanos, conforme a las leyes de deportación de los Estados Unidos. La especulación previa a la reunión de que Washington podría presionar a estos pequeños Estados para aceptar deportados que no son sus nacionales resultó infundada, aunque de haber surgido, habría sido resistida por ser una carga inaceptable.
El tema de China se trató con sensibilidad. Las cuatro naciones del Caribe presentes —incluidas Antigua y Barbuda y Las Bahamas, que tienen relaciones diplomáticas y económicas con China— reafirmaron su derecho, y la necesidad, de mantener asociaciones económicas amplias. Enfatizaron que sus relaciones con China están enraizadas en la cooperación para el desarrollo, no en alineamientos ideológicos ni militares. Reafirmaron que sus únicas alianzas militares son con Estados Unidos y con sus socios de CARICOM.
En cuanto al comercio, los líderes presentaron cifras contundentes: en 2023, EE. UU. exportó aproximadamente 2.230 millones de dólares en bienes al Caribe Oriental, mientras que importó solo 67,5 millones. El consiguiente superávit comercial estadounidense subraya una relación desequilibrada que la región nunca ha tratado de alterar. Sin embargo, el nuevo arancel del 10% corre el riesgo de encarecer aún más los productos estadounidenses —que ya constituyen más del 60% de las importaciones caribeñas, incluidos alimentos y medicinas— lo cual amenaza la resiliencia económica y los avances en desarrollo. Peor aún, podría aumentar la pobreza y el desempleo y debilitar el estado de derecho en la región.
Esto no fue una confrontación. Fue un comienzo. La primera etapa de lo que el Dr. Ralph Gonsalves, de San Vicente y las Granadinas, describió como un maratón. El tono fue constructivo, la atmósfera colegiada, las intenciones claras: profundizar la cooperación, reducir malentendidos y construir una relación basada no en la dependencia ni la imposición, sino en el respeto mutuo y el interés compartido.
El Caribe habló con claridad y unidad sobre sus preocupaciones comunes. El Secretario Rubio escuchó. Solo eso ya marca una diferencia significativa con dinámicas pasadas. Pero escuchar es solo el primer acto. La verdadera medida del éxito reside en el seguimiento, y aún queda mucho trabajo por hacer de ambos lados.
Aun así, el 6 de mayo fue un buen comienzo. Una base sólida sobre la cual tanto Estados Unidos como el Caribe pueden construir —no solo en este momento de tensión global, sino hacia una alianza renovada en el largo camino hacia la estabilidad, la previsibilidad y la prosperidad.
(El autor es Embajador de Antigua y Barbuda ante los EE. UU. y la OEA. También es Decano del Grupo de Embajadores del Hemisferio Occidental acreditado en EE. UU. Las opiniones expresadas son exclusivamente suyas. Respuestas y comentarios anteriores: www.sirronaldsanders.com)